miércoles, 16 de marzo de 2011

Crónicas del escritorio de un desarrollador de La Web luego de varios días de intenso trabajo



Luego de varios días y noches echándole tecla y tecla, cantando terriblemente mal y sin importarle porque tiene los audífonos puestos... Buscando cómo hacer las cosas difíciles aún más complicadas pero al final exitosas… El pobre escritorio de este desarrollador puede contar sus crónicas dignas de ventas mundiales.

Comenzamos con un perfecto caos:

Todo está como colocado al azar -excepto el vaso con ron, a la mano por supuestation-.

Podemos encontrar algún post-it que en un momento fue necesario para recordar algo que, al parecer, pasó al olvido.

La nueva distracción, el Iphone… la caja delata que no se ha soltado desde que su propietario lo compró.

Fundamental y muy importante, el menú de las "Parrillitas delivery" aunque solo está de adorno. Nunca se les ha llamado, nunca se ha comprado nada.

Los audífonos, esenciales para desconectarse del mundo exterior y ahogarse en la música de la súper rockola con los éxitos de los 60, 70, 80, 90 y 100…

Un carrito de juguete, para recordar al niño interno que se lleva por dentro.

Taco y libreta de notas, por ahí regados, para entender que todo lo lleva en la mente, ya que allí no se apunta nada.

Unas pastillas… no sabemos aún para cuál síntoma ni cuál enfermedad, aunque muchos creen que ni siquiera tienen suscripción médica alguna, sino que solo están allí por pura diversión.

Un envase de Cheez Whiz, su súper termo, que le sirve para transportar el café con leche de la mañana.

Las tazas de café del día, como vemos fueron solo dos, aunque no sabemos cuántas veces se les hizo refill.

Y no podía faltar la evidencia de la mayor inspiración en su trabajo… el ron! Así encontramos la botella vacía de ".. un excelente ron pues no da ratón.." y el famoso vacito de vidrio, amigo inseparable en esos momentos en que la musa baja y hace que el código que escribe tenga relación y coherencia alguna.

Un recipiente de Maalox para que lo que le queda de estómago no sufra mucho ya que pasa horas recibiendo solo bebidas de todo tipo y color. Sumado a esto, enumeramos el estrés de las fechas de entrega, las llamadas de los clientes y las dichosas "subastas". Aparentemente, su órgano digestivo podría terminar totalmente destrozado, hay que protegerlo ante todo.

¡Ah! y un destornillador, para cuando se le afloja uno de los tornillos que le quedan en la cabeza al tecleador.

Por todo esto y más, esto es lo que consideramos, como cantante, un muy buen desarrollador.





Escrito por Amneris Girón, maquetadora web -y ahora también generadora de contenidos-, en uno de esos tiempos libres que nunca tuvo.

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