El otro día me encontré con el trabajo de Kate MacDowell y me llamó mucho la atención, no sólo por el detalle y paciencia que le dedica, sino también el concepto detrás de su obra.
En su sitio cuenta que le interesa generar piezas en donde se confronte el mundo de la naturaleza con el impacto generado por el hombre en el medio ambiente. Sus piezas son una especie de respuesta a esos factores de “estrés” como el cambio climático, la polución y los cultivos trangénicos.
Kate dice “veo cada pieza como un especímen capturado, un registro minucioso de las formas naturales en peligro de extinción y un comentario sobre nuestra propia culpabilidad”.
Kate esculpe a mano cada una de las piezas sobre porcelana, desde las piezas principales hasta la más minima ramita que se asoma a lo lejos.
La porcelana, dice ella, la eligió por su luminosidad y por esa especie de efecto “fantasmal” que transmite; resalta la impermanencia y fragilidad de las formas naturales en un ecosistema que está muriendo, mientras que, paradójicamente, este material puede durar miles de años.
Les dejo acá una selección de sus trabajos, pero pueden ver mucho más en su sitio.
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