El sexo en
sus diferentes formas, desde lo sutil a lo más atrevido, ha sido una de las herramientas más utilizadas
en el mundo del marketing y la publicidad.
Las marcas
han implementado esta estrategia, sin importar el tipo de producto o servicio,
para hacerlos más provocativos al jugar con la sensualidad y con la imaginación
del consumidor. Es así como logran capturar su atención e interés por el mismo.
Esta
técnica se ha utilizado por lo menos en los últimos 50 años y sigue manteniendo
su efectividad. Sin embargo, es una herramienta que debe manejarse con mucho
cuidado e inteligencia, ya que apela a emociones y puede llegar a ofender, por
ello es importante estudiar bien el contexto (sociedad, target, cultura,
mensaje, etc) y su implementación.
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